domingo, 20 de noviembre de 2016

Noticias de investigaciones antropológicas

Premia INAH a investigaciones antropológicas, históricas y museográficas.

Xalapa, sede de simposio internacional de Antropología

El interesante Museo Nacional de Tokio

Antropólogos forenses se reúnen en XII Congreso en México

Unesco hace mapeo de Tiwanaku en Bolivia

Antropólogos Famosos

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Claude Lévi-Strauss.
(Antropólogo francés) 

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Clifford Geertz.
(Antropólogo estadounidense)

Franz Boas.
(Antropólogo alemán)
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Margaret Mead.
(Antropóloga estadounidense)

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Bronisław Malinowski.
(Antropólogo Polonio) 

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Marvin Harris.
(Antropólogo estadounidense)

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Evans Pritchard.
(Antropólogo ingles)

''El Metodo comparativo en la Antropologia Social'' De E. E. Evans Pirtchard.

Julio Eduardo ChumpitaziRamírez
sociedaddemente@gmail.com


De acuerdo con Evans-Pritchard “la comparación es uno de los procedimientos esenciales de todas las ciencias y uno de los procesos elementales del pensamiento humano”. Esto implica que, remitiéndonos al ámbito de estudio las ciencias sociales, es fundamental aplicar la comparación entre instituciones, fenómenos y acontecimientos como método de análisis de la realidad social. Este es el método comparativo.

EL comparativo ha sido utilizado desde antes de ser conceptualizado como como tal. Su uso se remite a periodos históricos en que ni siquiera la ciencia misma se encontraba medianamente sistematizada, presentando una estructura interna aún en ordenamiento. Al carecer de sistematización, esta comparación resultó más que un método de investigación, un auxiliar (resueltamente arbitrario) para deducciones lógicas establecidas a priori y cuyo sustento empírico resultaba dudoso. Es por eso que para Evans-Pritchard el método comparativo utilizado por los filósofos sociales del siglo XVIII era, antes que comparativo, ilustrado. Otra falencia posterior de este tipo de comparaciones fue la calidad del trato de la información etnográfica. Esta ha sido hasta ahora la historia del uso del método comparativo en la antropología social y, de una manera u otra, en las ciencias sociales en general. De esa historia del método comparativo en la antropología, es de lo que Evans-Pritchard habla en esta parte de su libro, y será de esto, de lo que nos ocuparemos a continuación. 

De McLennan a Radcliffe-Brown: ¿Cambios o continuidad en el método comparativo de la antropología social? 

Según Evans-Pritchard, McLennan elabora el primer estudio sistemático a partir del método comparativo. Más allá de este merito, el autor critica que el uso que McLennan hace del método no fue sustancialmente mejor que las formas precedentes, por lo cual tampoco llego a conclusiones de mayor exactitud. Siguiendo las pautas del evolucionismo decimonónico, buscó establecer relaciones causales entre instituciones a través del tiempo y con un alcance universal, para explicar la historia universal de una institución (el matrimonio), con el fin de formular una explicación coherente. Esto lo lleva a establecer categorías analíticas absolutas, en un sentido de existencia histórica necesaria, y guiarse por una lógica especulativa que tampoco contemplaba la necesidad de aportar pruebas empíricas a sus afirmaciones. 

El primer componente de su estrategia (la categorización) posibilita también el mayor aporte de McLennan al desarrollo del método comparativo. Esto significó poder separar de manera esquemática lo general de lo particular le permitió establecer esas mismas categorías absolutas que en el análisis diacrónico que operaba no le permitieron arribar a los mejores resultados, se mostraron como herramientas útiles al análisis sincrónico. Sin embargo el principal error del método comparativo seguía siendo establecer relaciones históricas no comprobables por el propio método de manera empírica. 

Una aplicación del método que gano en sistematización, fue la que H. Spencer ideo como parte de su filosofía sintética. Evans-Pritchard se refiere a esto apuntando que:

"Su idea consistía en demostrar la cohesión de los fenómenos sociales disponiendo los datos para todas la sociedades humanas en tablas con títulos a seguir para una rápida comparación” (página 19).
Pero como lo refiere el autor, los resultados puntuales a los que llegó no aportaron en una medida proporcional al trabajo realizado por él. Tampoco las tablas comparativas que elaboró, sirvieron como fuente importante para posteriores investigaciones. Su principal error consiste en tratar la muestra (los datos de algunas sociedades) como si representara perfectamente la complejidad del universo total (la humanidad y su historia y prehistoria en conjunto), que por otra parte seguía la idea de una linealidad perfecta y secuencial que debían necesariamente experimentar. Este último, con carácter de dogma, lo impulso a explicar datos que contradicen su hipótesis como regresiones o degradaciones de estados superiores a estados inferiores, es decir “patologías” históricas. 

Para Taylor, la efectividad del método pasa por establecer resultados cuantificados, mediante la estadística, pues este proporcionaría bases sólidas para sustentar la existencia indudable de esas relaciones necesarias que constituye el objeto de la antropología. Pero los conceptos de Taylor (uno de los más caros a él era el concepto de las adhesiones) encerraban en sí mismos las contradicciones que los desvirtuarían posteriormente. Cuando las evidencias negaban su hipótesis, él argumentaba que se trataba de “reliquias” o supervivencias de periodos anteriores primitivos. Esto significaba un No rotundo a la propia idea de Taylor, según la cual existiría una correspondencia causal y necesaria entre instituciones y costumbres. Pero sobre todo puso de manifiesto la artificialidad de ese esquema arbitrario. 

No existía evidencia etnográfica ni historiográfica que evidenciara que los hechos fueran como Taylor proponía. Esto, porque los datos tenían que ser independientes y, por definición, equivalentes. El criterio con que se maneja las comparaciones va dar diferentes resultados, según se privilegie tal o cual característica. Y de este hecho, Evans-Pritchard nos dice que un ejemplo son los trabajos de Steinmetz, Nieboer, aunque este último genera un avance en la utilización del método al evitar guiarse por presupuestos evolucionistas y privilegiar los fenómenos y no el establecimiento de etapas. La clasificación bionómica es la principal búsqueda de Nierboer. 

Lo mismo encuentra en el trabajo de Hobhouse, Wheeler y Ginsberg. Pero observa que finalmente “el método de correlaciones estadísticas puede solamente plantear problemas no puede darnos respuestas”, esto debido a las características del mismo, que se aboca a la cuantificación de casos suficientes para establecer regularidades fenoménicas, pero no cualidades en esas regularidades (sobre eso solo especulan). Además esas regularidades buscadas son de alcance mundial, lo cual le adiciona una mayor dificultad debido a lo amplio de las pretensiones. Pero el uso a ese nivel ha sido dejado de lado, excepto por el caso de algunos investigadores, de los cuales Radcliffe-Brown es el mejor ejemplo –nos dice Evans-Pritchard. Debido a sus pretensiones nomotéticas termina estableciendo relaciones estructurales, pero olvida concomitancias históricas. Su explicación se basa en un sistema cerrado y conceptualmente sincrónico. Se aboca a una sociedad especifica olvidado que esta es tal en la medida en que también es un grupo humano a través del tiempo. 

Otra falla que debemos tomar en cuenta es la explicación de fenómenos sociológicos a partir de argumentos más bien psicológicos. Para Evans-Pritchard el uso que hace del Método es más que comparativo, Ilustrado. Ante estas falencias, una cantidad considerable de investigadores (entre los cuales se incluye él) proponen un uso del método que lleva a mejores resultados o por lo menos a una mejor aproximación a la realidad empírica. Este es el uso de una “investigación comparada intensiva a una escala limitada”, que básicamente consiste en establecer las comparaciones a partir de una pauta clasificatoria (que puede ser regional, origen étnico, etc.) que sirva de punto de partida para la investigación, no de toda la humanidad a partir de unas cuantas sociedades, sino de sociedades que comparten un denominador común empíricamente comprobable (por no decir evidente) a partir de sus instituciones. Pero al restringir de este modo el análisis se restringe también el alcance de las conclusiones, no se puede pretender establecer regularidades sociales de alcance general sobre la base de las regularidades de una sola sociedad. Aquí se debe traer a cuenta la diferencia que Evans-Pritchard establece, al decir: “una teoría que puede probarse bien por observación rara vez puede demostrarse tan rigurosamente por análisis literario”.

Esto es la diferencia entre resultados obtenidos por trabajo de campo y resultados obtenidos por análisis de datos previamente elaborados y registrados en la literatura antropológica. El primero significa abocarse al estudio de una sociedad puntual a partir del método de la observación participante. Pero restringir aún más el ámbito de estudio a una sola sociedad, puede llevarnos a un conocimiento mejor logrado acerca de esa sociedad puntual, observando su cotidianidad de manera presencial se puede llegar a conocer (como lo hizo malinowski) pormenores del comportamiento social, pero tampoco resulta una solución factible para llegara regularidades de alcance general. Para Evans-Pritchard es la vía del análisis literario la que puede llevar a mayores logros en el conocimiento de la Sociedad Humana. Pero este análisis literario, debe ser entendido como continuidad en la tradición antropológica, es decir en tanto sirven como fuente para el desarrollo de la disciplina, las observaciones y teorías elaboradas previamente establecidas sobre una sociedad o sociedades humanas. Esto es lo que él denomina “método experimental”. Que a pesar de todo solo es un avance hacia generalizaciones mas precisas, que por otra parte no constituyen leyes universales.

Algunas observaciones sobre E. E. Evans-Pritchard. Por lo que pudo observa en su análisis histórico del método comparativo en la antropología social, lega a la conclusión de que no hay otro método que el de la observación, clasificación y comparación. Que este método a sido prácticamente el mismo desde la utilización que le dieron los filósofos sociales del S. XVIII hasta el mismo Radcliffe-Brown. Que las pretensiones cientificistas (de acercamiento a las “ciencias exactas”) no se han cumplido, dado que “El método no ha producido los resultados esperados. Y no lo ha hecho debido a la complejidad de los fenómenos con que se tiene que tratar en las ciencias sociales, más particularmente en la antropología social. Que cuando la complejidad de los datos es más elevada, los resultados a los que nos lleva su análisis son menos generales. 

En la antropología esta complejidad radica en el hecho de que nuestro ámbito de estudio incluye una multitud de concomitancias que no se dan en las ciencias naturales o en la física o matemática. Y es que nos encontramos con que la sociedad esta compuesta por “vehículos” de significados que se relacionan mutuamente a partir de una significación conjunta a la realidad y una búsqueda incesante (conciente o inconciente) de resignificar esa realidad: las personas. Pero si bien esta complejidad evita que la antropología pueda alcanzar el nivel de desarrollo (o mejor dicho que pueda seguir el mismo camino) que las ciencias naturales, para Evans-Pritchard, por lo menos llegaremos a una mejor comprensión de la sociedad humana.

sábado, 29 de octubre de 2016

Articulo

Xingú - Un viaje personal


En lo profundo de la cuenca baja del Amazonas se encuentra el Parque Nacional Xingú. Esta remota región controlada por el gobierno del Brasil abarca unos 9.000 kilómetros cuadrados y es uno de los últimos refugios para algunas tribus indígenas que ya se encuentran en peligro de desaparición. Como parte del programa de crecimiento económico del Gobierno de Brasil, las autoridades proyectan la construcción de la gran presa de Belo Monte en el río Xingú. De levantarse, sería la tercera presa más grande del mundo, y su embalse inundaría cientos de kilómetros cuadrados de selva perteneciente a los pueblos indígenas de la región.
Entretejiendo mitología y rituales a partir de la urdiembre de una compleja estructura social, el antropólogo brasileño João Américo Peret y el chamán Sapain Kamayurah ofrecen, a través de sus respectivas miradas, un retrato detallado e íntimo de la vida diaria de personas cuya cultura está pronta a desvanecerse en la modernidad.


Hoy hay unos 350.000 indígenas en Brasil repartidos en más de 200 tribus dispersas por todo el país. Hablan un gran número de lenguas procedentes de una gran variedad de familias lingüísticas; 110 de las lenguas tribales de Brasil cuentan con menos de 400 hablantes. Las tribus de Brasil incluyen desde grandes grupos como los guaraní o los yanomami, con decenas de millares de integrantes, hasta los akuntsu y los kanoê, con tan sólo unas pocas docenas.

Filmado por Michael Engel, uno de los pocos extranjeros en ser aceptados en este mundo, “Xingú: un viaje personal” (2002) proporciona una visión única de algo que no admite indiferencias.

viernes, 28 de octubre de 2016

En Venezuela





Museo arqueológico de la ULA.



III Congreso de antropologia en el Edo. Zulia.



Primer Foro Regional de Antropología, Arqueología y Paleontología, Homenaje a J. M. Cruxent y Claude Lévi-Strauss, Mérida- Venezuela, 2011.

Teorias antropologicas

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